En este profundo episodio de «María Madre Nuestra», el Padre Tomás de Híjar nos guía en una meditación sobre el papel de La Inmaculada retrato anticipado de Cristo crucificado. Es un análisis teológico sobre el sufrimiento y la misión de la Virgen María al pie de la cruz.
El Sufrimiento y la Corredención
El amor verdadero asume la suerte del amado. Por eso, el dolor de María es tan profundo. No es una espectadora pasiva del Calvario. Ella participa activamente en la redención. A este acto se le conoce como un «martirio incruento».
Este sufrimiento compartido le confiere el título de Corredentora. Ella une su dolor al de su Hijo. Lo hace para la salvación de toda la humanidad. Así, se convierte en un pilar fundamental en la historia de la salvación.
Maternidad Espiritual para Toda la Iglesia
En la cruz, Jesús nos entrega un regalo inmenso. Al decir «Mujer, he ahí a tu hijo», no solo se despide. Él extiende la maternidad de María a todos los creyentes. En la figura del apóstol Juan, la Iglesia entera la recibe como madre.
Por lo tanto, la presencia de María es vital para la fe. Ella no solo es la Madre de Jesús. Es también la Madre espiritual de la Iglesia. Su rol no terminó en la historia. Continúa hoy, acompañándonos en nuestro caminar.
Esta reflexión nos enseña el valor del sufrimiento por amor. Además, nos acerca a nuestra Madre del cielo.
23/04/15
