En esta profunda meditación, el Padre Ignacio Larrañaga analiza el Salmo 63. Este texto bíblico es interpretado como la expresión máxima de la «nostalgia de Dios» que define al ser humano.
El Padre Larrañaga explora por qué experimentamos un vacío existencial, una sed que nada en el mundo parece saciar.
La Sed de lo Infinito
La enseñanza central es que el corazón humano es un «pozo infinito», creado para Dios.
Por lo tanto, todas las criaturas, los logros y los afectos (que son finitos) nunca podrán llenarlo por completo.
Esta insatisfacción no es un defecto, sino la «otra cara de la sed de Dios», que nos impulsa a buscarlo a Él, nuestro verdadero centro de gravedad.
El Santuario Interior y la Paz
El Padre Larrañaga enfatiza que el verdadero santuario no está en el exterior, sino dentro de nosotros.
Cuando una persona logra «absolutizar al Absoluto» (poner a Dios como única viga maestra de su vida), todo lo demás se relativiza y encuentra su orden.
En conclusión, la paz y la felicidad no son teorías intelectuales, sino el resultado de una experiencia y vivencia personal de Dios como el «todo» de la existencia.
13/02/13

