En el programa «Saber Vivir» se analiza la relación entre emociones e inteligencia. Comprender esta conexión es fundamental para el bienestar. Porque si nuestras pasiones no son gobernadas, pueden destruirnos. El objetivo es aprender a usar nuestras facultades a nuestro favor.
La Jerarquía del Ser Interior
Existe una pirámide en nuestro actuar. En la base están las emociones básicas. Estas son respuestas fisiológicas (miedo, ira, alegría). Después, estos se convierten en sentimientos. Los sentimientos son la conciencia que tenemos de las emociones.
Por encima de ellos debe estar la inteligencia. La inteligencia discierne lo conveniente. Además, la inteligencia se educa con las virtudes. Las cuatro virtudes cardinales son esenciales. Prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Estas virtudes nos ayudan a elegir el bien.
Inteligencia Emocional y Asertividad
La inteligencia emocional es clave. Es la capacidad de reconocer y manejar nuestras emociones. Una herramienta práctica para esto es la asertividad. Ser asertivo significa expresar lo que pensamos y sentimos. Pero se hace de la manera y en el momento oportuno. Esto evita que las emociones se desborden y causen daño.
La Fe como Guía Suprema
Finalmente, por encima de todo, está la fe. La fe ilumina nuestra inteligencia y fortalece nuestra voluntad. No se opone a la razón, sino que la perfecciona. Es el don de Dios que nos guía. Así, podemos alcanzar una vida plena y equilibrada.
15/10/12
