Con este episodio de «Sabiduría, Ciencia y Fe» el Padre Santiago Martínez inicia un conjunto de contenidos que se referirán al sacramento del matrimonio y la problemática que lo rodea, de ahí el título de este programa: para conservar y revitalizar el matrimonio.
Una clara reflexión y análisis de los problemas actuales que atacan a todos los matrimonios en un momento determinado de sus vidas conyugales, y que es importante esclarecer y dialogar.
Mensaje dirigido muy en especial para todas las parejas bendecidas por el sacramento del matrimonio pero que no deja de estar de lado para parejas en unión libre.
El matrimonio es una vocación sagrada, un reflejo del amor de Cristo por su Iglesia (Efesios 5, 25), y debe ser cultivado con fe, amor y compromiso.
1. Cristo en el Centro del Matrimonio
El fundamento de un matrimonio fuerte es una relación profunda con Dios. Para revitalizar el amor conyugal, es fundamental que ambos esposos:
- Oren juntos y por el otro. La oración matrimonial fortalece la unidad y permite que Dios sane heridas.
- Participen en los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Reconciliación. Un matrimonio sin confesión y comunión frecuente se debilita con facilidad.
- Lean y mediten juntos la Palabra de Dios. La Biblia es fuente de sabiduría y dirección para el matrimonio.
2. El Perdón: Un Pilar Fundamental
El matrimonio es la unión de dos personas imperfectas, por lo que el perdón es esencial. Jesús nos enseñó a perdonar «setenta veces siete» (Mateo 18, 22), es decir, siempre. Para conservar y revitalizar el matrimonio:
- No guardes rencores. La falta de perdón acumula resentimiento y divide el corazón.
- Sé humilde para reconocer errores y pedir perdón sinceramente.
- Perdona con amor, sin recordar constantemente las fallas pasadas.
3. El Diálogo: Escuchar y Comprender
La comunicación es el alma del matrimonio. Sin ella, la relación se enfría y se llena de malentendidos. Para mejorarla:
- Hablen con sinceridad y respeto, sin reproches ni críticas destructivas.
- Escuchen al otro con el corazón, sin interrumpir ni juzgar.
- Expresen sentimientos y necesidades sin miedo.
- Resuelvan los conflictos con calma, sin esperar a que se acumulen.
4. Cultivar el Amor y la Amistad Conyugal
El amor en el matrimonio no es solo sentimiento, sino una decisión diaria de buscar el bien del otro. Para revitalizarlo:
- Realicen gestos de amor diarios (un «te amo», una caricia, un detalle inesperado).
- Compartan tiempo de calidad sin distracciones (salidas, cenas, momentos de intimidad).
- Redescubran lo que los unió en un principio y háganlo crecer.
5. La Unidad Familiar: Un Espejo del Amor de Dios
El matrimonio no solo une a los esposos, sino que también es el cimiento de la familia. Para fortalecer esta unidad:
- Sean un ejemplo de amor y respeto para sus hijos.
- Vivan la fe en familia, asistiendo juntos a la Misa y rezando en casa.
- Tomen decisiones juntos, con diálogo y discernimiento.
6. Defender el Matrimonio Contra las Amenazas Modernas
El mundo actual ataca el matrimonio con el relativismo, el egoísmo y la cultura del descarte. Para protegerlo:
- No permitan que el orgullo o el egoísmo los separen.
- No caigan en la tentación de la infidelidad ni en distracciones que debiliten la relación.
- No se dejen influenciar por ideologías que menosprecian el valor de la familia.
7. Confiar en la Gracia de Dios
El matrimonio es un camino hacia la santidad. No están solos: Dios les da la gracia necesaria para superar cualquier dificultad. Cuando todo parezca difícil, recuerden que «para Dios nada es imposible» (Lucas 1, 37).
💒 Conclusión: El matrimonio es un regalo sagrado que debe ser cuidado y renovado constantemente. Con Dios en el centro, el perdón, el diálogo y el amor diario, cualquier matrimonio puede ser restaurado y fortalecido. ¡Confíen en la gracia de Dios y nunca dejen de luchar por su amor!
8/02/15