El programa «Mujeres en Misión» responde a una pregunta fundamental: ¿Por qué bautizamos a los niños pequeños? No es por un miedo anticuado al «limbo». Es un acto de amor y fe. Porque los padres desean para sus hijos el don más grande.
La Gracia del Sacramento del Bautismo
El Bautismo es mucho más que una costumbre social. Es la tumba del pecado original. El pecado original no se comete, se hereda. Por eso, el bautismo limpia esa mancha. Además, nos incorpora a la vida de Cristo.
Mediante el agua y el Espíritu, el niño se convierte en:
- Hijo de Dios.
- Miembro de la Iglesia.
- Templo del Espíritu Santo.
También recibe las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad.
El Sello Indeleble y la Misión Cristiana
El Bautismo impone un sello indeleble. El niño queda consagrado a Dios para siempre. Por la unción con el Santo Crisma, participa del triple oficio de Cristo. Es decir, es hecho sacerdote, profeta y rey.
La Responsabilidad de Padres y Padrinos
Los padres tienen la primera responsabilidad. Deben educar al niño en la fe. Los padrinos son un apoyo fundamental. Por eso la Iglesia pide requisitos claros. Deben ser católicos practicantes, confirmados y llevar una vida congruente con la fe. Así aseguran ser un verdadero ejemplo y guía para su ahijado.
15/01/15

