Sin santidad nadie verá a Dios. Este episodio del programa Nueva Vida nos invita a reflexionar sobre nuestra transformación interior a la luz del Evangelio.
Dios desea hablarnos de forma íntima y profunda, pero solo podremos escucharle plenamente si abrimos el corazón y buscamos con sinceridad una vida santa.
A causa de esto, es importante examinar nuestras metas y prioridades. ¿Buscamos a Dios por los milagros o por un verdadero deseo de conversión?
La santidad no es solo una meta personal, sino también una misión comunitaria. Porque sin testimonio auténtico, la Iglesia pierde credibilidad ante el mundo.
Kimberly Kramar nos recuerda que la felicidad duradera solo se encuentra en Dios. Él desea nuestra sanación, no solo nuestro éxito o comodidad temporal.
El ejemplo de San Pablo demuestra que una vida puede cambiar por completo al tener un encuentro sincero con Cristo. Pero esto requiere entrega total.
Sin embargo, no estamos solos. Vivir en santidad implica depender de Dios y caminar como comunidad, ayudándonos a perseverar y crecer espiritualmente.
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11/02/13